Apago el poema,
me lleno de calma,
ya no espero nada
que tenga palabras.
Me callo y escucho
el silencio no alcanza
de espaldas soy sordo
y de frente la infamia.
Sin mínima pena
otra fobia me asalta
con algún lujo inútil
que tergiversa mi rabia.
Apago el poema
con respeto me debo
a seres mediocres
entre quienes soy menos.
Aunque piense, me cebo
me exijo y no llego,
lo que confunda
deseo
me veo y te miento
risa imaginaria
mejor apago el poema
y me quedo con ansias
de una fuga tan dulce
como noches extrañas
cediendo a pasiones
sin honor ni palabra.
Ok, como quieran
prendo el poema
y no es nada de esto.
Mil disculpas, que vanas
mil perdones que ingenuos.
Y no queda más otra
si no hay otro que crea
en dioses más diestros
reinventando quimeras.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario