sábado, 8 de noviembre de 2008

Espacio para el amor

Viste, el agujero negro
no fue tan malo después de todo.
Caímos sí,
en un sopor narcótico,
pero nos despertamos
como cometas transparentes
y en este nuevo día,
con siete lunas de amonio,
nuestro deseo de más
parece inalterable.

Flotemos entonces,
hasta el menoscabo de los músculos,
hasta la abolición de los puntos cardinales
hasta el extravío de las desmedidas,
más allá del espacio exterior,
donde hasta perduren las mentiras
o las etéreas excusas de esta inerte elegía.


Viste, pasó el Big Bang,
quisiste aquella estrella fugaz
y entendiste,
después de llamar a otra constelación
con tu segundo nombre,
que ante nosotros
el universo sigue siendo bastante poco.
Algo escaso para una única mujer,
y demasiado exiguo para un solo hombre.

Boquerón doble boca y Camarón Bipolar


jueves, 6 de noviembre de 2008

La energía que emanamos

La energía que emanamos,
los días nublados,
las risas aprendidas
las leyes naturales,
esas cosas que no son la vida
y nos empujan a seguir
sin explicaciones.
La fortuna de nacer
en aquel lado.
El miedo de perder
el dolor de ser dejado
No sé, esencias que cuestiono
sin sentido
cuando no estoy a tu lado.
Detengo el auto
camino por el ripio de la ruta,
miro al norte
que se pierde en la chatura.
En un mismo silbido,
se funden viento montaña mar
y las ideas callan todas menos una:
Si no hay certeza del olvido
es posible perdurar sin la locura?

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Principio y fin de un retrato efervescente


Apago el poema

Apago el poema,
me lleno de calma,
ya no espero nada
que tenga palabras.

Me callo y escucho
el silencio no alcanza
de espaldas soy sordo
y de frente la infamia.
Sin mínima pena
otra fobia me asalta
con algún lujo inútil
que tergiversa mi rabia.

Apago el poema
con respeto me debo
a seres mediocres
entre quienes soy menos.
Aunque piense, me cebo
me exijo y no llego,
lo que confunda
deseo
me veo y te miento
risa imaginaria
mejor apago el poema
y me quedo con ansias
de una fuga tan dulce
como noches extrañas
cediendo a pasiones
sin honor ni palabra.

Ok, como quieran
prendo el poema
y no es nada de esto.
Mil disculpas, que vanas
mil perdones que ingenuos.

Y no queda más otra
si no hay otro que crea
en dioses más diestros
reinventando quimeras.

Las rosas que se comieron al sol (1,2 y 3)



EL CANARIO Y YO

En un balcón vecino el canario canta dentro de su jaula.
Un múltiple estallido de fuegos artificiales a la distancia, lo silencia.
Se acerca un nuevo año, esa misma noche,
y una suposición precisa me aborda.
Salto de un balcón al otro sin mirar al vacío y abro la jaula.
Estático, a través de nuestro único espacio sin rejas,
el canario me mira sin cantar.
Ambos sabemos que no vamos a ningún lado.